miércoles, 18 de junio de 2014

Soltar, a veces, es ganar.

Todo lo que gané.
Conocerte, verte, cambiarte, limpiarte, elegir tu ropa día a día, observar (y ser parte de) tu desarrollo, ver como tu cuerpo cambiaba, verte sentada, masajearte, arrullarte, cantarte, verte dormida entre mis brazos, besarte, apapacharte, abrazarte, cuidar tu sueño, darte los buenos días, peinarte, asicalarte, verte rodar por primera vez, ponerte zapatos, ver tu primer diente... Ser partícipe de tu vida y recibir tu amor.

No hay nada más difícil, para mí, que soltar, dejar ir, decir adiós...
Espero que sea un "hasta luego" y algún día te vuelva a ver o sepa de ti.

Me alegra saberte cuidada y protegida por dos seres que te esperaban y que se están comprometiendo por y para ti.

Te envío mi amor desde dónde esté hasta dónde estés.


Dice Cerati que "separse de la especie po algo superior, no es soberbia, es amor; poder decir adiós, es crecer" y con todo el amor que cabe en mi corazón, poco a poco me despido de ti para que crezcas cada día más hasta que seas inmensa como el cielo.



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