Pues borré mis intentos de racionalizar las cosas, porque no tienen caso alguno, al menos no para mejorar esto pues la cosa podría salir altamente contraproducente.
Esta semana, tal como la anterior, estuve rodeadísima de gente, muchísimos amigos y bastantes amigas que creí perdidas. Y mucha gente a mi alrededor dándome palabras felices que me hacían sonreír. Muchos abrazos electrónicos y muchos abrazos de verdad, de esos que te estrujan el cuerpo y hasta te hacen sentirte descansada, liviana; mis abrazos favoritos. Pero nada se compara con los abrazos que tu me podrías dar ni las palabras que tu podrías decir. Supongo que tengo que empezar a vivir sin eso.
Pero esta mañana, este domingo tan temprano, hasta la espalda me duele. Quisiera tener tus brazos alrededor de mi cuerpo. Te extraño bastantito y ya no creo que sea la primera fase, creo que esto ya vas más allá de todo. O igual y solo soy bastante dramática y ya.
Ayer, mientras iba camino a mis 16, pensé en ti todo el camino hasta llegar a la terminal dónde me esperaba mi pasado, tan frágil como hielo. Llegó a mi esa ambivalencia mental de que pasaría si estuvieras a mi lado una vez más, con todo lo que ya hemos pasado y sentí que mi cuerpo no aguantaría más y que tu salud mental, mucho menos. Y luego pienso en lo mucho que te extraño y todo lo que compartíamos, me acuerdo de tus labios contándole secretos a los míos.
Ag, no sé.
Ojalá me llamaras y dijeras que me extrañas igual que yo a ti. Not gonna happen, I know :(
ateyourdog.
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