Tan delicada como siempre
Y esa mirada que no miente,
anciosa e impaciente.
De mente abierta.
Supe a tu lado como mantenerme alerta.
Feliz con un abrazo y escucharte.
Feliz de fusionarme con tu cuerpo sin tocarte.
El mundo era perfecto con tan solo amarte
Y poder besarte, con la yema de mis dedos.
Acariciando mi vereda con zapatos nuevos.
Refugiandome en tus miedos.
Volamos juntos a otro cielo, uno desconocido.
Estar enamorados jamás había sido TAN nocivo.
Pero contigo, TODO TENÍA SENTIDO.
CONTIGO ERA SENCILLO SOSPORTAR EL FRÍO.
Recorrer cada rincón y derramar pasión.
Conocer nuestro pasado y no debernos una sola explicación.
Cerrar los ojos. Tenerte en mente.
Mujer amada, deja que te cuente...
Éramos tan pequeños, cada quién en su camino y experimentando con sus sueños.
Pero que bueno que vivimos esos años BELLOS.
Leccionas, coraje, lágrimas y aprendizaje.
Hombre y mujer maduros al final del viaje.
Cada mensaje estremecía, tus labios sobre mi mejilla.
Y al final del día no podía, amiga mía, solo dormir y dejar de pensar en ti.
Pero en ti vi reflejos de colores, justo como recetaron mis doctores para curar mi alma vacía.
Trajiste la energía, llenaste cada hueco de alegría.
Desconocí TODA tristeza y apagué las llamas del dolor.
Fuiste la razón PARA ENTREGARME 100% Y DARTE LO MEJOR DE MI AMOR.
Juré cuidarte y amarte siempre.
Pero, mujer amada, deja que te cuente...
No sabía que llegaría tan pronto el día en que tendría que decirte que mi vida no fue como yo quería.
Vivir eternamente cobijado entre tus brazos y ser testigo fiel contando cada uno de tus pasos.
Yo debía extrañar tus risas, llorar en mar abierto mientras derramaba tus cenizas.
Volverme loco por tu ausencia.
Tratar de recobrar lo que se fue con tu inocencia.
Pedir clemencia. SENTIRME TAN CULPABLE POR PERDERTE.
Pero, ¿Quién puede contra la maldita muerte?
Hoy, me toca despedirme y desde algún lugar,
decirte que: ERES LIBRE DE OLVIDAR Y VOLVERTE A ENAMORAR.
Decorar tu corazón solo con mi recuerdo, que importa que haya muerto...
SERÁS FELIZ, AMOR.
No habrá dolor por la maldita muerte.
Mujer amada, deja que te cuente...
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