Incluso con este clima tan precioso y este look tan mío que traigo hoy, ya empezó mi propia cuenta regresiva para pensar a dónde correr e ir a esconderme.
Verdaderamente me molesta esta temporada.
Y me molesta no tener a quién decirlo.
Me molesta que mi mamá me diga "¿Tanto por no ir a una misa?", cuando es más que eso.
Creo que nadie lo entiende ni lo entenderá.
No me gusta la Navidad por razones válidas, personales, pero válidas y verdaderas; reales.
Desearía poder desaparecer hasta el próximo año.
Sin embargo no todo está mal.
No estoy en balance, en equilibrio, pero no todo está mal.
Tengo nuevas cosas (ropa, zapatos, anillos y collares) que me hacen explotar mi creatividad todos los días cuando tengo que elegir con qué tapar mi cuerpo.
Tengo nuevas ideas que quiero explotar. Tengo sentimientos que me dan ideas que quiero realizar. Me gusta.
Tengo pensamientos bonitos y felices de la vida a corto y largo plazo. Tengo planes a mediano plazo y tengo ganas de exprimirme hasta el cansancio con tal de hacerlos a corto plazo. Tengo ganas de vivir.
Y tengo ganas de sentir (sigo con esta pinche idea de que sin querer, sentí, me caga sonar estúpidamente cursi porque mi desconocido no sabe la sarta de cosas que he escrito de él y gracias a él, pero ¡SENTÍ!)
Sentir sentimientos me hace sentirme viva.
Sentirme viva me hace estar bien y querer más de mí. Más de mí para todos. Más de mí para mí. Explotar mis ganas de crear y darle algo, de mí, al mundo. Poquito, pero algo.
En fin, ya se viene el 2012.
Me emociona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario